Mar 042012
 

Muchísimas ganas tenía de ver esta película desde que allá por Octubre de 2011 os trajera las primeras referencias  a ella, en forma de trailer, y que provocó un auténtico hype alrededor del mundo. ¿Qué era Chronicle? ¿Quiénes eran sus artífices? ¿Por qué nadie antes se había enterado de nada sobre ella? Muchas preguntas. Pocas respuestas. Mucha espectación. Y por fin se ha estrenado en España (un mes después que en USA) y he de decir que me ha encantado, por muchos motivos, y pese a sus carencias, que las tiene.

En primer lugar creo que es de merecido cumplimento el alabar el gran trabajo de Max Landis (hijo de John Landis) en la historia, ya que a día de hoy es muy complicado tratar un tema como el de chavales con super poderes habiendo un currículum cinematográfico y comiquero extensísimo, y darle ese cariz tan real a la historia. Y por supuesto la labor de Josh Trank en la dirección, que pese a tener que lidiar con títulos «pioneros» y «reconocidos» en lo que a contar una historia a través de los metrajes encontrados en videocámaras se refiere (véanse El Proyecto de la Bruja de Blair, Cloverfield) es capaz de no repetir la fórmula, incluso tomando referencias más parecidas a la de la serie televisiva The River en el último tercio de película, aunque entraré un poco más en detalle más adelante (aviso de spoilers a partir de ahora).

Chronicle nos cuenta la historia de tres chavales a los que el destino les depara una suerte dispar tras encontrar algo en mitad del bosque y que les da la capacidad de la telequinesis. Una vez descubierta la habilidad, entra en juego el factor adolescente al querer probar y perfeccionar dicha habilidad, comenzando desde lo más básico, moviendo objetos, intentando parar bolas de baseball, hasta llegar a controlar el vuelo o crear campos de energía que hacen las veces de escudo ante ataques. Pero claro, al final se les escapa de las manos, llegando a niveles de locura, violencia y destrucción muy conseguidos.

Un detalle muy importante que es básico en todo el desarrollo de la película, y que me pareció genial el cómo se origina es el por qué de la cámara de video. Sencillo, evitar la violencia paternal. Tema duro y que sirve de base para poder continuar contando la historia de esta manera. A partir de este punto, Josh Trank evoluciona junto a sus 3 protagonistas ya que no se queda en la cámara al hombro de Andrew. En primer lugar hay un momento genial en el que la cámara los acompaña debido al control por telekinesis, dando una mejor perspectiva de los que ocurre con ellos. Posteriormente hay un dueto de cámaras gracias al personaje femenino, Casey, la reportera más dicharachera del instituto. Y finalmente usando todo tipo de cámaras y dispositivos móviles alrededor de la acción para mostrarnos desde varios puntos de vista la historia (al estilo de The River como comenté al inicio). Todo esto hace que el trabajo de la dirección sea realmente genial por parte de Trank.

Y Max Landis no se queda atrás, porque se ve persona curtida en los comics (pronto os lo demostraré con un cortometraje suyo), y se ve que no ha querido caer en los tópicos que todos creeremos ver en la película y de los cuales no vemos (casi) ninguno. Teniendo inconscientemente como base el Akira de Otomo (más que clara la referencia en la segunda mitad de la película) tenemos a 3 protagonistas no frikis. Importante este dato ya que a la hora de descubrir sus poderes no van directamente a poder volar o mover montañas, que es lo que comentábamos mis colegas y yo al salir de la película; es un aprendizaje mucho más virgen, básico y lento. Y ojo que por fin alguien nos muestra las consecuencias que existe para la gete de la calle ante una lucha entre dos entes con poderes. Me explico. Todos vemos como (casi) siempre el villano de turno siembra el pánico en las calles hasta que llega el héroe y le vence. Lo curioso es que para vecerle, por norma general debe de destrozar media ciudad sin que nunca veamos cómo repercute esto en la gente de a pie, y en Chronicle, aunque sea por encima, sí que sufrimos las consecuencias de dichas pelas mastodónticas. Minipunto y punto para Max Landis.

Sobre el presupuesto ínfimo y los FX hay que quitarse el sombrero, porque aunque muchos de los cromas cantan una barbaridad, el hecho de contar la historia a través de cámaras permite jugar y trampear más fácilmente la imagen, algo que para nada desluce a la película (y mira que la última parte es un non-stop de coco y huevo).

Mi opinión final es que Chronicle es una película que debe ser vista en cines sí o sí, para que nos demos cuenta que con poco presupuesto, ideas originales y unas ganas tremendas de hacerlo bien podemos tener una gran película. Y una campaña de marketing minimalista también ayuda a crear más hype.

Nota: 8/10

  2 Responses to “[Crítica] CHRONICLE”

  1. Y yo de cena en mi casa
    shit!

  2. Genial película. Escuche que habían hablado d euna secuela, pero espero que no la hagan, pues ya no tendría la frescura de esta y no le veo caso hacerla, pues esta es casi perfecta.

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