SITGES 09 – Día 08

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Día de paso en el Festival, donde To y el ciempies dan la nota.

Y es que nuestra jornada de hoy comienza a mediodía directamente, y sin pasar por la casilla de salida. Además, cerca de casa, en Casino Prado. Algo ligerito de primer plato: Timer.

Comedia romántica de ciencia ficción, pero de la ciencia ficción minimalista. Vamos, como Primer, que con una caja y unos fundidos en blanco tenemos una película de viajes en el tiempo…
En Timer nos encontramos una sociedad que ha descubierto el cómo a través unas hormonas desconocidas anteriormente, podemos detectar qué día y qué hora podemos encontrar a nuestra pareja perfecta con una pulsera implantada quirúrjicamente. El problema lo tenemos cuando nuestra protagonista se instala una de esas pulseras, y no consigue conectar con nadie… Y claro, la carrera amor casual versus amor «inducido» comienza.
Película muy light, pero que tiene lo justo para ser entretenida, y salir con una leve sonrisa en la boca, pese a que el final, bajo mi punto de vista, es algo cortante con respecto a lo que vemos en la cinta.

Paseo de nuevo al Meliá, cervecita y charla friki-cinéfila-deportiva con los colegas para pasar la tarde, mientras Gaspar Noé, director de Enter The Void (o más conocida en nuestro entorno más cercano como ENTER THE VOID!!!!!) concedía las oportunas entrevistas.

Llegan las 20.00h y marchamos de vuelta al centro, esta vez a El Retiro a ver la nueva película de Johnny To, Vengeance, protagonizada por el cantante y «actor» francés Johnny Hallyday.

Un cocinero de renombre con un pasado oscuro y turbio viaja a Hong Kong para vengar la muerte de su hija y nieto a mano de las triadas chinas. Para ello (y vencer sus frequentes pérdidas de memoria) contrata 3 matones, con los cuales entabla un fuerte lazo.
Camaradería, tiroteos, extensos diálogos entre enemigos mientras cenan, y esas escenas cómicas que con tanta elegancia y buen gusto sabe introducir Johnny To poblan esta película, que podría ser considerada la secuela «no oficial» de esa maravilla que es Exiled.
Como curiosidad, el director hongkones quiso por activa y por pasiva que su papel principal lo interpretase Alain Delon, pero ante la imposibilidad de contar con é, le echó el lazo a Hallyday, el cual será una estrella allá por Francia, pero debe de haber estudiado arte dramático en la misma escuela que Keanu «Cara de Palo» Reeves. Eso de no mover un sólo músculo de la cara durante todo el metraje debe de ser complicado… Y grande, muy grande, Anthony Wong, para variar…
Y como manda la tradición (y porque él lo vale), muchos aplausos al finalizar la proyección.

A continuación, cena copiosa, para prepararnos ante lo que se nos avecinaba… The Human Centipede (First Sequence), la película que más morbo ha levantado en este (y otros festivales). ¡¡Ah, por cierto!! ¿Recordáis cuando en la crónica de ayer comenté que había una tercera vendida de humo este año, tras Shadows y Paranormal Activity? Pues sí, señores, la trilogía de este año culmina esta The Human Centipede.

Una película que se las prometía ser bastante escatológica, a parte de enferma y surrealista, se queda sólamente en los adjetivos de enferma y, si acaso, surrealista. Expliquemos el porqué.
Un cirujano cuya cabeza no está muy bien poblada, se dedica a secuestrar individuos con un rifle para elefantes… Cuando llega a la cifra mágica de 3 personas comienza el espectáculo, el cual reside en crear un ciempiés humano (ya lo había hecho con sus 3 perros: 3-Dog). ¿Y cómo elaboraría tan magno evento? Pues uniendo boca con culo, para que lo que vaya soltando el primero, lo trague el segundo y así hasta el infinito… Interesante experimento, sí señor. El morbo está servido. Sí, servido, pero de qué manera.
Para empezar, yo era bastante reticente de ir a ver esta ¿película? porque hay ciertas cosas por las que no paso, pero al final fuimos convencidos uno por uno, al menos para echar un rato de risas, como las noches anteriores (Best Worst Movie, Chaw, Black Dynamite, etc…). Y es cierto, que al inicio tiene sus momentos simpáticos (el conductor pervertido; los gestos del científico, las frases del japonés, etc.) que hacían forzar la risa entre el público asistente. Después ni eso… ni lo otro, porque cuando quiere ser algo más seria, o presuntamente mostrarnos espectáculo escatológico de primer nivel, los perpetradores de esta obra se echan atrás de una manera cobarde, dejándonos como escenas «más fuertes» las de la operación, y el ver como sale pus de una de las heridas mal cosidas. Punto y pelota.
Y es que es un poco lamentable y triste el ver cómo la primera (y única) vez que uno de los componentes del Ciempies Humano necesita «obrar» sin poder aguantar, antes los gemidos y lloros del de atrás, haya un fundido en negro, para que la película prosiga con el día siguiente… ¿Y esto se supone que es la primera parte de una trilogía? En fin, ver para creer.
El director y la productora (su hermana) allí presentes se libraron del linchamiento final…

Así que tras el espectáculo de Culo o Codo, decimos: «No más humo, sr. Ángel Sala, por favor«.

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