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Finalmente, el director de Sin City he dajado a un lado su idea de volver a traer a Barbarella al cine.
La razón ha sido contundente:
Una compañía alemana ponía sobre la mesa 70 millones de dólares de presupuesto para la película, con la condición que toda la producción se realizara en el pais germano. Esto hizo que Robert Rodriguez desechara completamente el proyecto, ya que son 5 hijos los que tiene, y no quería separarse de ellos por demasiado tiempo (ni tan lejos).
Y sí, todo suena muy bonito y paternal, pero las malas lenguas comentan que ha rechazado el proyecto por su nueva «separación» de Rose McGowan, con la que iba a trabajar en esta película, y con la que tiene pendiente de ponerse a rodar Red Sonja (y su actual novia, con la que comenzó a salir durante el rodaje de Grindhouse – Planet Terror).
La verdad es que , particularmente, es una pena. Se hablaba de un arte conceptual que tenía preparado la mar de impactante (y que esperemos ver algún día).
Él quería una estética a lo Metal Hurlant o Heavy Metal (de las cuales se inspiró Ridley Scott en su día para rodar Alien o Blade Runner), y al parecer estaba bastante cerca de conseguirlo, pero…
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