Por fin llegó el día. El estreno del Tintín de Spielberg y Jackson llegaba a a las salas de cine, y allí que estaba yo (con mis amigos de siempre, e incluso con mis padres). Y no sólo no defraudó, sino que superó con creces todas las expectativas (las mías y la de los demás). Un espectáculo familiar, con acción, humor y grandes dosis de aventura como hacía tiempo que no se veía.
Muchos años de post-producción, y recuerdo que las primeras imágenes que salían de la película no terminaban de entusiasmar. Seguía el miedo a un motion-capture que nadie sabía cómo se iba a reflejar en pantalla grande representando a personajes de toda la vida. Los trailers han sido los que han mantenido la ilusión ante este proyecto, y eso que particularmente la cara de Tintín no me convencía del todo. Pero ha sido ver la película y quedar encantado.