Comenzamos el meridiano del Festival, ya con cansancio acumulado, pero con las mismas ganas de siempre.
Borgman, la película que resultara ganadora de esta edición, comienza de una manera atípica, con una frenética huida campo a través, para a continuación convertirse en algo incluso más atípico. Cinta plagada de humor negro, en el que unos tintes vampíricos te mantienen en vilo sobre lo que ocurre (y sobre todo, quién es) con el protagonista y con la familia que a tenido a bien en acogerle. La lucha de clases nada disimulada crea conflictos internos al espectador, posicionándole según el momento en un lado u otro de la balanza. Un tour de force entre el propio Borgman y la madre de familia que le apoya constantemente, a costa de alejarse de sus seres queridos, algo que sospechamos viene inducido por Borgman y su gente. Un entretenimiento venido de Austria, que seguro pasará por más Festivales.
Con Open Graves en contra, carece totalmente de todo lo que se pueda relacionar con entretener al público. Una historia con potencial, con unos personajes planos, y una dirección monótona, hace que Open Graves pase a la categoría de subproducto. Una pena, ya que parece que se hace a posta, pero es que por muchos esfuerzos que entablan nuestros directores españoles, teniendo incluso reparto internacional, muchas de las veces nadan para morir en la orilla.
Pero a todo esto que llega a la chita callando, The Congress. Si hace varios años tuvimos por estas tierras la cinta JCVD, película en la que un Jean Claude Van Damme interpretándose a sí mismo, se redimía y desnudaba su alma delante de la cámara para sorpresa del espectador, ahora llega The Congress, una historia en la que una Robin Wright haciendo de Robin Wright descubre muy a su pesar que su fama no llega más allá de su papel de Lady Buttercup en la maravillosa La Princesa Prometida, y hace tiempo que su carrera está herida de muerte. Eso hace que entre en un curioso experimento para intentar realzar su carrera, a la par que ayudar a su hijo enfermo. a partir de aquí la fantasía más asombrosa entra en juego dentro de un mundo animado de lo más curioso e interesante. Reflexiones profundas, chascarrillos cinéfilos y personajillos varios, harán las delicias de la propia Wright y del público en general en una película que ha gustado mucho. Más experimentos del estilo hacen falta en este mundillo. Fijáos ahora, con la actriz en alza dentro de House of Cards.
El found footage vuelve a las pantallas de Sitges con Europa Report. Un género quemado en exceso, aunque de vez en cuando alguien es capaz de darle una pequeña vuelta de tuerca que al menos hace interesante el visionado. Esto no ocurre con la cinta de Sebastián Cordero. Ni siquiera al tener a su mando a gente como Sharlto Copley o Michael Nyqvist. El aburrimiento se hace demasiado plausible a lo largo de toda la cinta, que pese a tener otras intenciones inicialmente, acaba siendo otra historia de sustos espaciales. No merece la pena dedicarle más tiempo.
El Mucho Ruido Pero Pocas Nueces (Much Ado About Nothing) que nos trae Joss Whedon se queda solamente en las curiosidades que la rodean: grabada solamente 12 días, en el chalet del propio Whedon, y durante el rodaje de Los Vengadores. Más allá de eso, y de estar de nuevo rodeado de todos sus amiguetes, la versión actual de la obra de Shakespeare no aporta nada nuevo. Si tienes curiosidad de ver al Agente Coulson hablando en verso, ésta es tu película. Para todo lo demás…
Y ojo, porque el found footage continua en Sitges. Aunque con resultados drásticamente distintos a los visto en Europa Report. Me estoy refiriendo a la cinta que nos trae Bobcat Goldthwait (el poli locares de Loca Academia de Policía) llamada Willow Creek. A saltos entre el falso documental y el metraje perdido, Goldthwait nos regala una cinta muy inteligente en este sentido, en el que un macro plano «fijo» de unos 20 minutos nos dejó pegados a la butaca como hacía tiempo que ninguna película hacía. Sin duda, Willow Creek se convierte en uno de los fenómenos del Festival, y aunque no vaya a pasar sin pena ni gloria fuera de aquí, no quepa duda que sus defensores alzaremos la voz para que se conozca fuera de los circuitos.
Y por último, ya de madrugada no metimos a ver Raze. Una suerte de Mortal Kombat sólo con y para mujeres. Protagonizada por Zoë Bell repartiendo tollinas a diestro y siniestro, acompañada entre otras por Rachel Nichols o Doug Jones entre otros. Siendo pase nocturno, no faltaron los típicos aplausos y vítores con cada galleta repartida. Incluso alguna que otra apuesta se realizó en la sala. Sin embargo la película se va descafeinando hasta su final nada atrevido. Una pena, aunque el buen ratillo inicial no nos lo quita nadie.
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